MIS AMIGOS MANUEL Y CRISTINA ( MI SOBERANO ESTÁ CON VOSOTROS)

Quiero hoy hablaros desde el fondo de mi alma, donde solo llegamos cuando hablamos desde el corazón.
Acerca de un amigo que sigue luchando día a día por su liberación absoluta de lo que le provocó aquel accidente maldito que tuvo hace unos meses atrás, la vida se les está complicando demasiado a el y también a Cristina, mujer que no se cansa nunca de luchar con tan solo su corta edad, 24 primaveras.

Hoy más que nunca pienso en ti Soberano, tu que siempre estas en los peores momentos de mi vida, escuchame otra vez, si hay algo que puedas hacer por mi es ayudar a combatir los miedos a mi amiga, quédate a su lado todo el tiempo que sea necesario y no te vayas hasta que no este seguro de haberle convencido de que ni ella ni el están solo en este mundo.
Hay momentos donde todas las puertas se te cierran, los médicos esperan que evolucione Manuel, Cristina desea cerrar los ojos y que esto no haya sucedido, sin lugar a dudas todos queremos que esto se solucione de la mejor manera posible.
Tu hijo ha nacido hace pocos días, son el pilar de tu vida, quizás sea el motivo más importante para que ya te levantes de la cama y digas lo que pienses de todo esto.
A veces las palabras de los otros suenan como excusas, pero otras, aparecen tan verdaderas que no puede sino creer en ellas. Entonces no queda intersisticio alguno para la duda. Sin embargo, a medida que voy caminando por mi sendero, voy aprendiendo que la derrota es la peor salida de un valiente...

La capacidad y la fe de mis facultades son aquellas que me hacen sentirme persona.
A veces, la vida amigos se encarga de desbaratar todo, incluso los problemas que creemos tener. Tengo la sensación muchas veces en que estamos en un pozo que se ha llenado de arena tanto que nos encontramos con muchas dificultades para salir. Sinceramente solo tu puedes salir, porque nosotros los que os conocemos, creemos en vuestra liberación de malestar. Solo tu puedes cojer la escalera para escalar.

Antes de irme dejame contarte algo:
Cuando nos encontramos perdidos en medio de una crisis a la cual no le encontramos salida, suelo cojer el libro de la vida con el lomo hacia arriba y lo alzo unos cuantos centímetros por encima de una mesa. Con toda mi fe lo dejo caer para que se abra, al azar, por el impacto. Entonces, con los ojos cerrados, pongo un dedo en el texto y leo el párrafo señalado, allí, en esa frase del libro encontraras la respuesta a tu problema.

Un enorme abrazo Manuel y Cristina.