Las dos en punto de la madrugada y la plaza, esa plaza que es centro y corazón de la fe cofradiera y cristiana de Sevilla, la plaza donde un día vino Dios, el mismo Dios del cielo y ya nunca se fue, estamos hablando de la plaza de San Lorenzo, donde queda oscura, muda y quieta esperando la salida de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
Si en algún momento de tu vida te has sentido solo, sin saber hacia donde tirar, necesitando ayuda, no lo dudes nunca, ve a ver al Gran Poder y pídele que te ayude.
Así es, así ha de ser siempre en esta tierra bendita y privilegiada, donde nuestros hijos acudirán ansiosos, se agruparan espectantes, sobrecogidas sus almas, porque sale a Sevilla el mismo Dios hecho hombre.