No podía pasar desapercibido estos hechos ocurridos y no poner nada en el blog, me cuesta bastante escribir ante esto. No se puede juzgar el dolor ajeno, respetemos el dolor de todos los que perdieron a sus seres queridos, y oremos por ellos.
Si en algo nos caracterizamos los cofrades, fieles y devotos de Nuestro Señor y de Nuestra Madre es que estas cosas nos duele en el alma.
Que desgracias tan grandes pasan en esta vida, si Dios tiene que ayudar en estos momentos es a los que no tienen nada, han perdido todo en esta vida, algunos ya ni están y otros lo están pasando muy mal.
Dios de mi vida, ayudalos en esta tragedia.
EL PUENTE DE BARCAS
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