Benditos sean ustedes, los corazones de hombres buenos, corazones que se quieren por encima de todas las cosas. Ángeles con espíritu y alma antigua que añoran debajo de los pasos y en cada mano, en cada chicotá, aquellas vivencias que se quedan debajo de los faldones...
Tiene algo importante lo que estoy diciendo y sabéis porque?... Porque los costaleros que sienten, sufren y disfrutan son los verdaderos costaleros de las cofradías.
Hay que hacer caso a los mayores, a los viejos, a los antiguos de los pasos, de ahí se aprende experiencia, sabiduría y el saber estar en cada momento o en cada situación en cualquier corría de una cofradía. Amigos y compañeros esto jamas se puede perder en los pasos.
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