Hace muy poco se nos fue otro grande de todo esto. La vida de un costalero no acaba cuando se marcha de las trabajaderas, porque nunca se van, se quedan siempre en ellas.
¡Llamate un poquito Porvi!...que Manolo Bejarano te ha metido ya en su cuadrilla eterna.
Que cuadrillón hay en el cielo con los verdaderos MAESTROS....
¡¡ Fuerte pa,rriba y tóo las manos por ellos!!.
Un fuerte abrazo a su familia y a todos sus seres queridos.
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