Son ya dos años con mi blog. He podido entender que sois para mi en este tiempo, sois muy importantes para mi. He sentido la cercanía en mi corazón como una verdadera entrada apoteósica de algunas de vuestras cofradías... exactamente incalculable llenas de apoyo y cariño.
Yo, soy una persona algo peculiar y os lo digo porque. A parte, de la sensibilidad que desprendo por muchos motivos y experiencias de mi vida, tengo en un resumen lo importante que para mi es la pasión, el arte, los amigos, las cofradías, la gente de abajo y todo lo que tiene que ver con nuestra ciudad y sus costumbres, algunas de ellas olvidadas en esta época, pero, todavía a muchos nos apasionan.
Hace muchos años, en los arrabales de Triana se fraguaban ya las cuadrillas que hoy en día son las cuadrillas eternas que están en el cielo. Algunos eran herreros, cargadores del muelle, alfareros, taberneros, marineros y así hasta una multitud de profesiones.
Hay una profesión que es la que tenemos todos en común y es, sentirse costalero, lo llevamos todos en nuestras venas, somos capaces de transmitir a millones de personas que en Sevilla más que se nace, uno se hace costalero por encima de todas las cosas.
Dios al fin es el verbo de nuestro corazón, porque iniciamos lentamente el inicio eternecido del momento, como aguas de claridades de la gloria de nuestro evangelio...
Dicen que hay un rumor de claveles y de azahares en el cielo, donde los poetas y escritores que están en el cielo han descubierto que aquí en la tierra, en el sendero del arte, en mi barrio de Triana hay una cuadrilla puntera que con izquierdos valientes dan ráfagas de amor con dirección al puente, si... aquel puente que se llama TRIANA.
Hoy he querido subir al cielo azul que tiene Sevilla, como si estuviera en la cava gitana... y me fijo mejor en el horizonte, el río, el caserío que tienen las tabernas antiguas, pero, también para compartir con todos vosotros no sólo parte de lo que siento, sino la visión que tiene mi alma con la historia de las cofradías que, día a día, ha sido pasando por mis ojos y mis manos, esto es muy grande, esto es lo más importante en los pasos... no perderlo y quererse siempre.
Como el espejo del Guadalquivir a sones de mi alma que tiene su propio nombre, TRIANA.
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