La vida de color Sepia, añorando siempre las costumbres Sevillanas, los mulos con angarillas, las casas de vecinos, las tabernas, los cines de veranos, el vino, el cante y los buenos amigos siempre juntos. Somos hombres cabales, trabajadores de las Cofradías y amantes del arte.
Nosotros somos embajadores sin nombres, anónimos de las trabajaderas, personas que cuando nos sacan de nuestra ciudad se nos va parte nuestra alma. Es sentir el oficio, la fe y la casta por bandera. Mi corazon cada vez que entra en faena es como un espiral cromática de emociones que todavía no esta descrito en la Real Academia de la Lengua Española.
Hacen de mi que me sienta un verdadero Azteca de San Gonzalo, un caballero de guerra, un poeta de la calle y por supuesto Charles Bronson de Triana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario