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martes, 14 de septiembre de 2010

LA ESPERANZA MACARENA...ESTE SABADO MOMENTOS INÉDITOS












En primera persona, quiero ser cauto y sincero, lo que vá a ocurrir este sabado es una de las vivencias más bonitas en la historia de la Macarena, un día especial para todos los que amamos la fe.
-¡Que guapa estas Esperanza!, no te comparo con ninguna flor, con ninguna otra belleza de la naturaleza, tú eres tú y solamente tú... La Esperanza, la que renace en Sevilla... la que cuando está en la calle todos rezamos y le pedimos las cosas más intimas de nuestras almas... hoy os voy a contar mi historia con la Macarena.
Tengo 33 años y esto que os voy a contar me pasó con cuatro años. Éramos y somos una familia numerosa, cinco hijos que nos llevamos muy poco, yo soy el segundo mayor, mis hermanos mellizos de quince meses menor y el chico de tres años menor también. Estábamos en casa, mi madre muy atareada como siempre con sus labores que cuidaba muy bien de nosotros, mi hermano Ángel con el taca taca en el dormitorio principal y Jesús y Rocio conmigo jugando en el salón, en un descuido ocasionado que le puede pasar a cualquiera, mi madre que estaba haciendo la comida y había terminado aquel puchero que todos nos encanta comer, cojió y fué a ver que estaba haciendo el pequeño en el dormitorio, entonces cojímos los tres que estábamos en el salón y sin que se diera cuenta mi madre entramos en la cocina y nos sentamos en el horno que estaba justo debajo de la hornilla, donde estaba la olla recién apagada. Yo me senté en el medio de mis hermanos y con la mala suerte que en un rápido y cerrar de ojos se calló todo encima de mi espalda, concretamente en el cuello.
Me ocasionó quemaduras de 2º grado, dos ingertos y hospitalización de bastantes días... Tiene importancia que esto ocurrió un viernes Dolores y durante mi estancia el el hospital, cuando llegó el Jueves Santo le dije a mi madre que estaba sentada al lado mía que había venido una Virgen a decirme que me iva a curar...
Tras los años, y dejando claro que mi familia no son Macarenos, un viernes por la mañana ya de vuelta a su casa La Macarena, yo nunca la había visto en la calle, cuando se acercó el Palio a nosotros y le vi la cara, coji y le dije a mi madre que aquella Virgen fue la que vino a verme a curarme.
Yo tenía apenas seis años y ya había visto en esa Semana Santa más Palios evidentemente.
Te quiero Macarena por haberme curado cuando más lo necesitaba.
Todo es cuestión de fe, de creer o no creer, pero esto estará siempre en mis plegarias, en mi alma y en mi caminar en los pasos como costalero.

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