Sevilla se siente sola en estos momentos y no deja de soñar cada mañana cuando se acerca poco a poco la cuaresma.
Sigo soñando con aquellas voces, la voz perfecta, sin duda soberbia en el mando, estilos distintos pero definidos cada uno en sus estilos. Fueron un prestigio entre la gente de abajo.
En este sueño he sentido la levantá con más nostalgia de toda mi vida, de los grandes del martillo... apellidos y apodos como; Tarila, Palacios, Fatiga, Romero, Canela, Bejarano, Gorrion, Franco, Borrero, Perez Caro, Ariza, Santiago, Villanueva, Seguridad, Penitente, Quicote, Francés... en fin, leyendas verídicas del arte que hay en Sevilla. Ser costalero en Sevilla es sentirse orgulloso de ellos y llevar lo antaño al presente, nunca olvidemos que es revivir a los grandes, por eso seguiré soñando con ustedes Maestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario