Ha pasado la Cofradía...
La tibia sombra de luz que proyectan el caminante y las tiernas infantas son mudo testigo en el ocaso del astro que hace horas Occidente vio asomar; vuelve el Altozano a su ancestral o...bservación del paso de nuestras vidas... El taxi, aún pintado de amarillo y negro; espera cliente; el vetusto camión, cargado de abasto, se dirige a cumplir su misión; el magnolio, hoy poblado de miles de vencejos, es fruto de la ignorancia. Nuestro protagonista requiere la principal atención... Antes, vemos como la anglosajona moda se adueña del femenino grupo de figurantes: traje pantalón y lonetados vaqueros así lo muestran. !Las modas cambian!...
!Nuestro protagonista!... la curiosa e ingenua mirada inquiere sobre su labor... El personaje se centra en el acomodo de los "deportivos" de la época; !siempre quise tener unos!... su blanca puntera y azules costados llamaban mi atención más, hube de conformarme con el hojalateño tranvía de "Paya"; genio, por aquellos años de universo jugueteril... Nuestro protagonista, "titán de la trabajera" se acomoda su herramienta de pisado; la cándida curiosidad hace de contrapunto... !Corre amigo mio!... Nuestra Madre te espera en el próximo relevo...
El Altozano... la ancestral plaza testigo de nuestras correrías vuelve a la normalidad. La "Vespa" atónita ante la capa asfáltica que, cual cruel mortaja cubre el añorado granito de sus adoquines, parece ser mudo testigo de tan insolente barbaridad. Nosotros, fieles acompañantes de nuestras Sagradas Imágenes, continuamos nuestro camino al otro lado del rio; la noche nos devolverá a tan querido lugar...
!Ha pasado la Cofradía!...
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