Sevilla, eterna dualidad de sentimientos, esta dividida como siempre en dos opiniones, los que mantienen que: como van los pasos hoy en día, no ha habido época que lo mejorase, y los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y no voy a ser yo el que dogmatice sobre el entuerto, entre otros motivos porque por un lado me enorgullezco de haber aprendido de los viejos que me enseñaron, y por el otro tengo el corazón en mis cuadrillas actuales que pertenezco.
A mi, me gustan las escenas de color sepia, los trabajos duros donde se aprende el sacrificio, las chicotas que hacen protagonista la nostalgia... ahí esta la verdadera magia de nuestro mundo de abajo, aquella donde cierras los ojos y contemplas los destellos de la pasión del hijo de Dios, rodeado de cuarenta hombres debajo con un mismo sentido... el de quererse siempre.
Fuerte pa´rriba corazones mios!.
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