JESÚS ANTE CAIFÁS... SIEMPRE NUESTRO SOBERANO QUE NO SE NOS OLVIDE NUNCA

EN EL SANEDRÍN SE HAYAN REUNIDOS MULTITUD DE ANCIANOS ESCRIBAS, SACERDOTES Y FARISEOS. NICODEMO QUE SE HA NOMBRADO DEFENSOR SE HALLA TAMBIÉN EN LA ASAMBLEA.

CAIFÁS ENTRA AL SANEDRÍN Y VIENDO A JESÚS, EXHALA UN GRITO DE GOZO. ¿ES EL LOBO ANTE AL MANSO CORDERO?.

ANAS: ¡Has hecho bien en venir, buen Caifás!. Al fin tenemos en vuestras manos a este hombre que se llama Jesús; viene bien guardado por los soldados, atado y sumiso. Al fin acabaremos con él.

NICODEMO EN VOZ BAJA DICE A JOSÉ DE ARIMATEA.
¡Aquí va a cometerse una infamia!.

JOSE DE ARIMATEA: ¡Tal creo!.

NICODEMO: Estoy dispuesto a la defensa.

JOSE DE ARIAMATEA: ¡Ay amigo mío! Creo que todo será en vano. CAIFÁS CLAVA SUS OJOS EN JESÚS.

CAIFAS: ¡Acercadme a ese embaucador!.¡Oyeme falso profeta! y respóndeme sin turbarte. Habla como lo hacías en la Sinagoga y en Galilea; detesto a los hipócritas.

NICODEMO: ¡Caifás, este hombre está acusado!, ¡Pero no condenado!. Manda a tus servidores que le respeten, y que le desaten, él tiene derecho a defenderse con libertad.

JOSE DE ARIMATEA: Pido lo mismo que mi compañero.

SACERDOTES: ¡Si, que se defienda!.

CAIFAS: ¡Que traigan a los testigos!.

JOSE DE ARIMATEA: ¡Caifás!, no des crédito a estos hombres. ¡Piensa en Jesús!, en vez de ser un falso profeta, puede ser un enviado de nuestro Dios, un elegido del santo de los santos.

CAIFAS: Nada bueno saldrá de Galilea, han dicho las escrituras, y Jesús es Galileo

JOSE DE ARIAMATEA: ¡Si pero Jesús a nacido en Belén!, y la escritura dice: “Saldrá un profeta de la raza de David y de la ciudad de David”.

CAIFAS: ¿Eres tú, el defensor de este hombre?

JOSE DE ARIAMATEA: Soy fariseo, respeto la ley, si Jesús es culpable; medidle con la misma medida que a los demás hombres.

CAIFAS:¡He preguntado!. ¿Eres tú el defensor de este hombre Arimatea?.

JOSE DE ARIMATEA: ¡Ni acuso ni defiendo; solo quiero que la ley no se degrade!.

CAIFAS: Hablad vosotros, ¿que sabéis de ese embaucador?.

FARICEOS: Nosotros le hemos oído decir: Yo destruiré el templo hecho de mano y en tres días edificaré otro no hecho de mano.

CAIFAS: ¿No respondes alguna cosa a lo que estos atestiguan contra ti?

SACERDOTES: ¡Que hable! ¡Que se defienda! ¡Si que se defienda!.

CAIFAS: Te conjuro por el nombre de Dios vivo, a que me digas si tú eres el Cristo el hijo de Dios.

JESUS: ¡Sí, Yo soy quien tú has dicho y os digo que algún día veréis al hijo del hombre sentado a la derecha del Omnipotente y venir sobre las nubes del cielo!

CAIFAS: ¡Ha blasfemado!, ¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos ya testigos? Ahora ya habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?

FARICEOS: ¡Es reo de muerte! ¡La muerte para él! ¡Sí que muera! ¡La cruz para él!

JOSE DE ARIMATEA: ¡Este hombre está perdido!.

NICODEMO: ¡Maestro mi debilidad ha hecho débil mi protesta. Perdona a mi pobre alma que no ha podido disuadir a los sacerdotes de que te injurien y ruega a Dios por mÍ adonde quiera que tú vayas!.

JOSE DE ARIAMTEA: Huyamos de este sitio donde la ley esgrime el puñal del asesino, donde los jueces tienen el aspecto de los verdugos.

PEDRO ATERRADO DE LO QUE ACABA DE PRESENCIAR, VA A OCULTARSE ENTRE LA MUCHEDUMBRE, LA RABIA SE HA APODERADO DE LOS QUE RODEAN A JESÚS.
UNOS ESCUPEN EL ROSTRO Y OTROS LE ABOFETEAN Y LUEGO CUBREN SUS OJOS, MIENTRAS CONTINUÁN DANDOLE GOLPES.

FARICEOS: Haz un milagro falso profeta, adivina como se llama el que te da esta bofetada sabio magno.
JESÚS EL REDENTOR DEL HOMBRE, SE HALLA SOLO CON SU DOLOR EN MANOS DE SUS FEROCES VERDUGOS.