Me sucede, de vez en cuando, últimamente, que la inspiración viaja a bordo de un caracol gigante que dejo atrás montado en un elefante enano. Cansado jinete sobre una montura achaparrada. Me ha sucedido ahora que cuando quiero escribir la tinta no está o el papel se ha volado por la puerta. Me ha sucedido que, cuando los he amarrado a la mesa, la inspiración salió a tomar el café. Me sucede, de vez en cuando, sobretodo últimamente y de regreso, que mi eterno resplandor, mi dulce retorno que todos tenemos a lo largo de nuestro camino.
Si de unos meses a la fecha me ha dado por ponerme a esperar, me sirvió para cicatrizar heridas de viajes y guerra, también para estar listo por si el barco con la vieja bandera de la sonrisa torcida se decide a regresar de una vez por todas.
Aunque, como me ha sucedido últimamente, de vez en cuando, mi corazón se agita de manera extraña al tiempo que percibe olores de temporada que vienen con los vientos alisios que chocan de lado con las aletas de mi nariz. De vez en cuando el elefante enano quiere crecer y le da por jalar la silla de espera mientras el caracol trepa por la pared de mi ventana.
A lo largo de mi vida han tratado de envenenar mi alma, pero jamás lo han conseguido. De "consejos bienintencionados". Me han tratado de convencer que otros caminos son mejores, pero sin saber que tan sólo fueron mejores para ellos, no para mí. No para ti. No para todos. Últimadamente haré lo que mi corazón me dicte. Hoy me encuentro en un momento de transiciones. Cada día que pasa, siento más de cerca a mi Soberano Poder. Nunca te habías ido...
Mi vida empieza una nueva etapa llena de felicidad.
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