EL PUENTE DE BARCAS

EL PUENTE DE BARCAS

Mis seguidores

viernes, 20 de abril de 2012

LAS LUCES DEL ALBA ENTRAN POR MI VENTANA...




Sevilla que es imaginada, recordada, soñada por esquiva. Una Sevilla que esta dentro de mi y que tiene claves secretas que aparecen dentro de mi alma. Yo la llamaría, las luces del Alba.

Sevilla es manantial de poetas, escritores, flamencos, mujeres preciosas, artistas bohemios y de costaleros puros de arte, de hombres cavales y señorio en la buena gente...

Un marabilloso mundo añejo, de recuerdos imborrables, donde anduve por una calle solitaria y acabé en un cuartel general, aquella taberna antigua donde solían encontrarse los hombres de la Puerta Osario, o los cargadores areneros del muelle, aquellos que respetaban la figura del capataz Bejarano, quizás como si fuese más que un padre.

Allí escuchaba atentamente lo que decían, hablaban de los trabajos, de conversaciones entrañables, de tratos de palabra... y que de lo que se hablaba allí, allí se quedaba.

Sigo andando con dirección a la otra orilla. 

Yo, tan salero como casi siempre, cantaba aquellas letras de Pareja Obregón, cuando pasábamos por el puente Triana, contigo vida mía, sentía la punzada de la belleza que provoca esta ciudad que convierte el dolor en alegría, y viceversa.

Triana es la esencia, lo que queda de la ciudad cuando lo accesorio se esfuma. Toda esta filosofía existe en la tabernas y en los paseos por las calles que conforman el antiguo arrabal que ahora se convierte en carne de mis carnes y en luces del Alba. Es como el Trianero que se siente a veces por un instante en forastero en la calle Sierpes y necesita quedarse a solas con su Triana.


Seguiré dejando la ventana abierta, lo necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario