En un abrir y cerrar de ojos he podido soñar que iva debajo de una de las cofradías de Rafael Franco Luque, me encontré aquella tarde con Francisco Palacios su maestro.
-Que pasa maestro... como esta usted hoy por la mañana?, todo bien?; - acabo de desayunar en San Lorenzo con tu capataz Rafael y le he dicho que te busques dos o tres más para sacar con nosotros entera la semana; - pues muy bien Don Francisco eso haré, tengo en mente dos o tres del muelle amigos mios que estan con ganas y necesitan "dinerillo"... por el camino paré en una taberna de la Puerta del Aceite (hoy en día el Postigo del Arenal), y saludé a dos hombres, Agustín Miró y Antonio Francés.
Estaban hablando de un costalero de la puerta Osario que se llamaba Rogelio "el tarta", costalero con una categoría impresionante, capaz de trabajar con una capacidad de sacrificio fuera de lo normal...
Estos hombres, han llegado a enamorar mis maneras y mi visión de ver estas cosas, siempre de una manera objetiva y humilde. Trabajar las cofradías es un trabajo, un oficio que se lleva dentro, nos debemos a ellos y son el ejemplo a seguir, porque son los mejores y porque estamos en el 2011 y seguimos hablando de ellos en mayúsculas, con muchisima admiración. Seguiré soñando un poquito más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario